El INE detecta manipulación en 117 censos claves para las diputaciones de Burgos, León y Guadalajara
Las sospechas afectan a 183 localidades, pero la mayoría se concentran en esas tres provincias en las que el PSOE y el PP están a una estrecha distancia
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El próximo domingo, en 183 municipios españoles se irá a votar y se realizará el escrutinio sin saber, a ciencia cierta, si el proceso electoral ha sido manipulado o no. La duda de la sospecha se mantiene viva, porque el INE advirtió de censos extrañamente inflados y las dudas no han quedado despejadas. Veinte de esos ayuntamientos no han dado explicación alguna al requerimiento de la Oficina del Censo Electoral, que depende del INE, y los otros 163 han dado argumentos inconsistentes. De esos 183, 117 son especialmente decisivos, porque son localidades que pueden inclinar la balanza del poder a izquierda o derecha en las diputaciones provinciales de Burgos, León y Guadalajara.
El caso más llamativo es el de Burgos. De los 183 censos en los que el INE ha detectado movimientos extraños y no justificados, 65 se concentran en esa provincia de Castilla y León. Entre ellas, Condado de Treviño, la porción de territorio castellano (burgalés) incrustado en la provincia de Álava por la que tradicionalmente ha pugnado el nacionalismo vasco. De hecho, el PNV gobernó esta localidad durante años, pero perdió la Alcaldía en las elecciones municipales de hace cuatro años.
Los censos bajo sospecha de haber sido manipulados corresponden en su inmensa mayoría a localidades de pequeño tamaño. Por ejemplo, Condado de Treviño registró menos de 700 votos emitidos en los comicios de 2019. Y es de las localidades más grandes de la lista sobre la que advierte el INE. Pero eso no les resta importancia. Además de poner en duda la limpieza del proceso electoral del que resultarán elegidos sus respectivos alcaldes, esos municipios pueden ser decisivos para los gobiernos de las provincias a las que pertenecen.
Censos inflados
Se da la circunstancia de que la mayoría de municipios en los que hay indicio de censos inflados artificialmente corresponden a tres provincias en las que el PP y el PSOE se disputan la mayoría por muy poco. De ahí que la existencia de censos manipulados en un número significativo de pequeños municipios pueda acabar inclinando la balanza a un lado u otro, porque los escaños provinciales se reparten en función de los votos obtenidos por cada formación en los partidos judiciales en los que se divide cada provincia. Incluso mover empadronados de un partido judicial a otro puede resultar clave.
La Diputación de Burgos la preside actualmente el PP. César Rico Ruiz fue investido tras las elecciones municipales de 2019, que otorgaron al PSOE 11 diputados provinciales en ese territorio, 10 al PP, tres a CS y uno a Vox.
Guadalajara es otra de esas tres provincias con un abundante número de censos municipales bajo sospecha de haber sido manipulados, un total de 17. Se trata de las localidades de Algora, Anquela del Ducado, Aranzueque, Brihuega, Budía, Campisábalos, Driebes, Jirueque, Mazuecos, Mirabueno, El Olivar, El Recuenco, Sacecorbo, Salmerón, Taravilla, Azcrejas y Torre del Burgo. Guadalajara es actualmente un bastión socialista, pero por muy poco. Tras las anteriores elecciones municipales, el PSOE obtuvo 12 escaños en la diputación provincial y uno Podemos, lo que les permitió sacar uno de ventaja respecto a la suma de PP (10), CS (1) y Vox (1). El actual presidente de la Diputación de Guadalajara es el socialista José Luis Vega.
El PSOE también ostenta actualmente la presidencia de la Diputación de León, provincia en la que el INE ha detectado indicios de manipulación de censos en 35 municipios. Es otro de los gobiernos provinciales que en las elecciones de hace cuatro años se decidieron por un puñado de votos de diferencia. Los comicios municipales de mayo de 2019 otorgaron 12 escaños al PSOE, 11 al PP, uno a CD y otro a Unión del Pueblo Leonés (UPL). El socialista Eduardo Morán logró ser investido presidente de la Diputación de León por la mínima.